Salté al río ¿y qué vi?
Angeles de ojos negros que nadaban conmigo.
Una luna llena de estrellas y autos celestiales.
Todas las figuras que estaba acostumbrado a ver.
Todas mis amantes estaban ahí conmigo
todo mi pasado y mis futuros
y nos fuimos al cielo en un botecito a remo.
No había nada que temer, y nada que dudar.
Solo a ti que incorporar...
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